domingo, 17 de marzo de 2013

Quebranto


Triste y desolado como las aves de la montaña. 
Vagó en el camino delirando entre las rosas. Poco poco conforme a mis pasos, mis huellas marcan el peso de mi angustia, la luna solo ilumina mi rostro sin mirar mis pensamientos destrozados por las olas. Arena, agua, sol y aire. En medio de una playa, solitario y cansado. 
Deseo llegar al fondo del océano y morir entre corales. Los peces, los caballos de mar o las algas se apiaden de mí y me lleven nuevamente a la orilla de mis sufrimientos.